Marguerite Dumont ama la música. El problema es que sus recitales, circunscriptos a un selecto grupo de millonarios, son una pesadilla para los oídos. Pero ella no afloja y está dispuesta a cumplir un sueño: presentarse al gran público en un teatro de París.
ORIGEN: Francia/Bélgica/República Checa, 2015. DIRECCIÓN: Xavier Giannoli. CON: Catherine Frot (foto), André Marcon, Denis Mpunga. violencia: sin escenas. sexo: sin escenas. la historia: está basada en la vida de Florence Foster Jenkins (1868-1944), una estadounidense que alcanzó la fama a pesar de ser una pésima vocalista y llegó a actuar en el Carnegie Hall.
MUY BUENA
“Marguerite” es, básicamente, una historia de amor, con pases de comedia y fondo de inevitable tragedia, porque ella adora a un marido que la engaña y sin la música -lo afirma a los gritos- la aguarda la locura. “¡Pobre Mozart!”, titulan en un diario. Es que Marguerite no canta; emite una serie de insoportables graznidos que sus amigos le perdonan porque, a fin de cuentas, ella es dueña de una de las mayores fortunas de Francia. Pero Marguerite, más que la fama y el aplauso, persigue la aprobación de su esposo. La infidelidad es su límite, físico y emocional.
La saga de Marguerite se traduce en fotos. Madelbos, el sirviente fiel que alguna vez aprendió danzas hindúes para rescatar su espíritu, pone el ojo detrás del lente. Son imágenes sensuales, capaces de contagiar un erotismo que a Marguerite le cuesta liberar. A través de la cámara fluye una Marguerite poderosa e irresistible. Madelbos lo sabe y por eso aguarda, implacable, el momento de tomar la placa final, la consagración de su diva. No importa el costo -terrible- de esa foto.
Es una película profunda, atrapante, por momentos muy divertida, definitivamente sensible. Las aventuras de Marguerite tienen como fondo el París que empieza a sumergirse en los locos años 20. Una tierra de anarquistas (el desaforado Kyrill Von Priest que encarna Aubert Fenoy), soñadores (como el periodista opiómano que juega Sylvain Dieuaide), artistas venidos a menos, mujeres barbudas, arribistas... Todos conformarán la corte de Marguerite. Llegan a ella como vividores y terminan prendados de su esplendorosa humanidad.
Escrita y dirigida por el prolífico Xavier Giannoli, “Marguerite” brilla por su belleza formal, desde la cuidada selección musical a la puesta en escena, pero jamás alcanzaría su altura de gran película sin Catherine Frot, cuya interpretación es sencillamente inolvidable.
PUENTE DE ESPÍAS / Drama-Suspenso - PM 13 - 141´
James Donovan acepta defender a un espía ruso, atrapado en Brooklyn cuando la amenaza comunista asustaba a la sociedad estadounidense. Esa misión le granjea antipatías de toda clase al abogado. La captura de un piloto norteamericano en la ex URSS complicará las cosas.
Spielberg en la verdadera Guerra Fría.
ORIGEN: EEUU, 2015. DIRECCIÓN: Steven Spielberg. CON: Tom Hanks, Mark Rylance. VIOLENCIA: con algunas escenas. SEXO: sin escenas. LA ACTUACIÓN: sobresale Mark Rylance, notable en el papel del espía Rudolf Abel. APLAUSOS: Spielberg y el maestro Janusz Kaminski recrean los 50/60 a la perfección.
MUY BUENA
Numerosos espectadores se acomodaron el jueves dispuestos a ver una película de acción. O un thriller de trepidante suspenso. Ni una cosa ni la otra: “Puente de espías” retoma la tradición de un cine que Hollywood prácticamente no financia... salvo que Steven Spielberg, Tom Hanks y los hermanos Coen figuren en los créditos. Sostenida en largos, precisos y filosos diálogos -escritos por los Coen junto a Matt Charman-, el filme se toma casi dos horas y media para narrar una historia verídica: la de un intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y la ex URSS. Todo en tiempos en los que la amenaza nuclear pendía sobre la humanidad como de un hilo delgadísimo.
“Puente de espías” toca numerosas cuestiones. Manos sabias y confiables como las de Spielberg y los Coen evitan que ese gigantismo temático se convierta en un pastiche pretencioso. La película habla del miedo (el de la clase media estadounidense al enemigo comunista), de la desconfianza, de los prejuicios. No juzga una época compleja; más bien la pone en perspectiva con rigor histórico.
Tom Hanks está muy bien como Jim Donovan, lo más cercano a un héroe que puede encontrarse en una historia donde todos circulan por la vida vestidos de gris. Aquí no hay villanos, sólo soldados, políticos e intereses en juego. Fue la verdadera Guerra Fría, años tensos, peligrosos, dramáticos, propios de espías oscuros y de abogados puestos a negociar, como el Donovan de Hanks. Para ver a James Bond habrá que esperar a la semana que viene.
La película articula dos segmentos. En el primero, Donovan defiende a Rudolf Abel, el agente soviético al que todos quieren ver en la horca. El segundo nos lleva a Berlín este, cuando la construcción del muro potenció la crisis. Allí, Donovan intentará canjear a Abel por Gary Powers, el piloto cuyo U-2 fue derribado en plena misión. Sobre un puente, a la madrugada, puede definirse el futuro del mundo.
EL SEMAFORO DE LOS ESTRENOS
“Actividad paranormal 5”
Prometen que este es el último capítulo de una serie que se extendió hasta el infinito. Si la primera secuela ya era más de lo mismo, es fácil imaginarse cómo están las cosas a esta altura: terror básico y repetido. Promedio de críticas recibidas: mala.
“Escalofríos”
Jack Black protagoniza está historia de aventuras, fantasía y sustos dedicados a los chicos. Una propuesta divertida y atractiva desde lo visual, basada en la obra de R.L. Stine. Promedio de críticas recibidas: de buena a muy buena.
A “Hotel Transylvania 2” no hay con qué darle: se mantiene entre las películas más vistas en todo el país. Continúan en cartel “La cumbre escarlata”, “Pacto criminal”, “Peter Pan”, “Truman” y “Misión rescate”.